¿Y no es acaso su existir una quimera? Todo lo que no tiene es sencillo de alcanzar, su solución se basa en tapiar los ojos y tolerar que todo se desmorone eternamente entre lo real y lo que no, la ficción de un deseo...

Tuesday, November 29

tronco y tres vasos



Cuando te llaman al busca por un dolor torácico hay siempre una retahíla de acciones heredadas que debes llevar a cabo. 

Se llama Lola y está ingresada en la novena planta.

Primero, le preguntas a tu interlocutor por su estado hemodinámico; y te canta sus tensiones, sus latidos por minuto y su saturación periférica. Entonces, si se oficializa que no tienes que salir corriendo, le solicitas que le haga un electrocardiograma con la mayor brevedad posible. Y que irás a verla.En un hospital de tercer nivel recorres varias plantas y utilizas un mínimo de dos ascensores para alcanzar tu destino. A mi, personalmente, me agrada de sobremanera deambular; el contraste solitario de las horas intempestivas con esa misma mañana de bullicio sanitario. Por no hablar del inalcanzable logro de completar los diez mil pasos que recomienda la Organización Mundial de la Salud. ¡Ojalá pudiese pasear con los auriculares puestos por este infierno! Un día comprare estos tan novedosos e inalámbricos. Es una pena que a mi me pirre el buen cable... 

Ya en la planta en cuestión, oyes remotamente a la enfermera, en un rotundo femenino, y esto te guia hasta la estancia. En nuestro caso, de puertas naranjas y suelos grises, con un biombo blanco de  envejecida tela que cuelga desde la techumbre y ventanas que se abren a un mar distante en todos los aspectos.
Y aquí, en este punto, viene el entramado. 
Te presentas, le preguntas: mire, y ese dolor ¿desde hai canto que o ten? ¿siente náuseas o sudores? -porque galego-falante tampoco soy- ¿se irradia hacia algún sitio, como la mandíbula o el brazo? ¿se alivia con alguna posición? Y lo más importante, ¿cómo es? ¿se trata de una losa que le oprime o son, más bien, pinchazos incoercibles?
Llegados a este momento, en ocasiones pienso en mi, en si el dolor que yo inflijo es como una piedra que te aplasta el ánima, o quizás como una navaja de carterista que te rompe las vertebras y te llega hasta el miocardio.Porque no es lo mismo. La gravedad de una opresión que te arruina las noches, pero de breve duración; cuando realizas el esfuerzo de pensarme, no es comparable con una punzada solitaria que, pulsátil, te abre en canal.No se actúa igual y el desenlace tampoco es análogo.
A mi, que siempre he sufrido del alma, a veces, considero que deberían haberme llamado Angustias, Martirio, Piedad o Dolores. Aunque jamás habría soportado que me llamasen Lola.

Monday, June 20

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A morte ten dez mil portas distintas para que cada home atope a súa saída. 

Dijo alguien que ni puta idea de quién es. Y lo dijo, muy seguramente, en inglés. Yo llevo pensando 525600 minutos seguidos en la muerte, jugando al ajedrez con ella, y "a morte" aun no me ha ganado. Y no soy Antonius Blovk, pero creo ahora que comprendo lo que ve.


Sunday, February 20

Ahora: afasia eterna.

Echando de menos
un solo sonido;
el del grajo,
carajo,
que vuela tranquilito en la mañana.
Bajo el sol candente,
se alimenta, 
desayuna parásitos.
Conmigo.
Recuerdos de estío,
lindo bullicio
de mi infancia...

Catorce putos meses
llevo cadaver.
Ahora fumo cigarritos,
tristemente,
que no son de la risa.
¿Fumas? ¿Bebes?
Con menudos huevos, 
le pregunto a la gente,
acaricio sus falanges
y les escupo fuerte
nolotil
en las heridas...
Ni en cien años me reconocerías.

Puede que ya no pueda
hablar de nada,
ni de hombres,
desamor, 
incluso mi ombligo,
¡se hallan muertos! 
...mi ingenio y mi palabra.
A veces,
afónica; atrapada,
emito 
un runrún,
un crujido
¿si me obligo?
Están ustedes ante el funeral de mi balada.


Siempre creí que terminaría por encontrar mi palabra. Sin embargo, forma ésta parte de la ley de la memoria histórica y ahora solo la busco para, dignamente, sepultarla. 




Thursday, August 5

la peli k te montas

 A veces intento que mi vida no parezca una película quinqui de los ochenta. Lo intento, porque la gente no me cree cuando comento que no pertenezco a esta época. Tampoco disfruto yo con el pesar que vivo ¿sabes? Sin embargo, está complicado. Perdonadme, gilipollas, pero peores mierdas hemos tragado; puedes intentar tirarte de un puente en época navideña, tu padre puede ser un mafioso que te cagas y te puedes enamorar con sesenta tacos de un fotógrafo subnormal y bohemio en Segovia. Y que encima titulen a esta última obra de arte “El acueducto de Segovia”, sin hacerte ni un poquito de alusión a ti (y sin ofender a Madison, pero menudo trozo de madera de mierda). Cada uno con su filme particular, obviamente.

 Así que, un día igual te levantas y te das cuenta de que lo que parecía tan lejano en pelis como Trainspotting o Réquiem por un Sueño, que, por cierto, ahora que ya no eres un niñato, aborreces; no quedaban tan lejanas como parecía. Conocí a un jambo, a todo esto, que tenia tatuado lo de “Elige la vida, una tele grande que te cagas, no sé qué”. Ridículo. 


 Y que algún día tendrás que contarle a tus hijos (dios no permita semejante aberración) que gente a la que querías se pasaba con el orfidal y espetar un “chicos, no hagáis lo mismo”, como si algo así pudiese haberles frenado a ellos. Cómo que no has llorado una hostia y media ya por ello.

Te despertarás llena de rabia soñando con que tu vida sea una puta película del desequilibrado de Nolan. Que, al menos, tendrá una espectacular banda sonora creada única y exclusivamente para cada uno de los pelos de tu culo por Hans Zimmer. Y que lo peor sea eso. 

Gimotearas como la pringada esa del diario y pensarás en morirte como muchas otras mujeres en el cine. Hombres no, porque la histeria nace de un endometrio fuera de sí. Sin embargo, no cortarás ninguna oreja al son de Stuck in the Middle with you, una lástima; porque all cops are bastards.

El caso, es que tu vida no va de Hobbits y Horrocruxes, o cómo se diga, pero podría verse en la gran pantalla, porque hay dolor, drogas, sexo, muerte, tristeza y páramos castellanos. 


 ¿Vosotros creéis en eso de que sólo soñamos con lo que conocemos? ¿Creéis que existe la afantasía? Esto último me lo dijo un día mi amigo Barbol y desde entonces me flipa imaginarme una casa o una manzana. Pensar que el filme de mi existencia llevaría la etiqueta de “Afantasioso” me la pone dura.


 Al final, yo no seré más que la que te enchufa capecitabina en vena y no una leída como dios manda, así que qué mas da. Habré llorado cinco de siete días por un amigo que saldría en Ciudad de Dios y me habrá marcado la existencia como Ari Aster, pero ¿qué sería sin todo esto de la película de mi vida? 


 Se viene una gran y heterogénea mierda en los mejores cines, no se lo pierdan.

Thursday, April 1

La muerte de un amigo.

Noventa noches han pasado. Soñé que despertaba.

Noventa calvarios. Más de una religión en la estacada.

Rezos y plegarias que ningún puto dios ha escuchado. Gritos mientras me duchaba. 

-----------------------así nadie oyese esta avalancha-----------------------

Noventa tiritas manchadas de sangre en el cubo de la basura. Todo intenté para cerrarla.

Sin poder regalarte unas flores, entregarte esta carta. Nada funciona. 

-----------------------resuena y me aplasta-----------------------

Le escribí a Irene unas palabras. Supuse que ya no me odiaba. 

Le dije: “aquí estoy, menos rota que tú, pero hundida y tocada...”.

Te pienso a deshora; noventa horas cada hora que pasa. Gritos con la boca cerrada.



[Perdóname. Ojalá escribirte algo que merezca la pena y no rimar tiempos verbales o palabras que terminan en -ada... Como Prada. Qué ironía, eh.]


Friday, December 25

Llueve sobre mojado.

Este año de absoluta mierda he descubierto que existe algo, aparte de la música, que no puedo describir con palabras; la angustia mortal. 

Que la resiliencia existe hasta límites que no creía posibles. Que la fortaleza que me atribuyen es una farsa, se llama "seguir adelante". Que se puede llorar más de veinte veces en un día y se puede no llorar de dolor.

A la muerte sólo le deseo la muerte. Se ha llevado a mis seres queridos y kilos que no me sobraban.

Salir de 2020 sin prescripción de benzodiacepinas o tatuajes está siendo un logro. Este año es una losa que me aplasta las vertebras. Y lo peor de todo, el dolor de mi alma no se irá con el próximo.

Ustedes, ¿qué tal?

Foto de cuando sentí que nada podía ir peor. Pero sí.

Wednesday, December 23

 A Pablo.

Un día menos para encontrarme contigo, allá donde estés, en lo que fuese que creyeses.

Te quiero siempre.