¿Y no es acaso su existir una quimera? Todo lo que no tiene es sencillo de alcanzar, su solución se basa en tapiar los ojos y tolerar que todo se desmorone eternamente entre lo real y lo que no, la ficción de un deseo...

Monday, June 29

Apaga, pero no nos vamos juntos.

Como yo mucha niña tonta jugando con fuego,
apostando con la muerte algo que no tengo.
Mira, ya si eso me arrepiento luego,
ahora déjame dormir y no me rayes.
Joder, cuántas veces le habré dicho que se calle.
Pues llevo muchos años con él dentro,
y siempre tiene el bonito detalle,
el don inefable del culpable
de hacerme sentir encima el muerto.
Voy a dejarle que hable,
¿me explicará cómo funciona el infierno?
Me iré si es mejor que esta cárcel,
y me rajo sin miedo con el sable,
un contemporáneo harakiri.
Este demonio no se irá, yo ya lo sé,
vive conmigo y yo con él.
Somos simbiosis,
esta en cada poro de mi piel.
Cada vez que me toca, la catarsis;
mejor que cualquiera de tus dosis.
Le miro a los ojos y pienso es un ángel,
así funciona su hipnosis,
después me clava el veneno
como una serpiente cascabel
y entro entonces en este carrusel.
Como Holden pero sin su centeno,
al borde del precipicio,
me desquicio,
inicio,
mi vicio, que es su tóxico.

Saturday, June 6

Sin título.

Qué triste fue besarte,
sabiendo que no volvería a verte.
Cruzar el puente,
por suerte,
abrir mi mente y ver que
hay algo más allá de tenerte.
Dejar de querer sentirte.
Pasar a odiarte.
Lo nuestro no sería tan fuerte,
si ya te invitaste a otro baile.
Yo a otra copa de baileys.
Otra morena radiante.
Que te acune.
Te cante.
Pero no hable.
Para que no te raye con sus mierdas.

Me abro las heridas todos los días,
pienso, si por ti hubiese dado mi vida
ya vendrá otra mente mejor 
que sea mi mercromina.
Y me deje sanar.
Noches enteras,
arrancando una a una las espinas,
llamando a programas que me leyesen las cartas
y me dijesen si volvías.
Pero no lo hacías,
monté un palacio de mi esquina,
de mis dudas un mar.
Y dejé de esperar.

No te olvido porque no te recuerdo...
Ya no sé si estás muerto,
o si mi plan es todavía tirarte al tren.
Ya ves.
Ya no te olvido porque ya no te recuerdo.
Cuántos días bebiendo de mi sed,
para no quitarte el agua,
la que te llega al cuello.
Y no, no me alegro,
Pero como ya no te recuerdo...

Friday, June 5

Pas de deux.

Sólo contemplando el ejercicio manual era capaz de volar. Bastaba una simple serie de repetidos movimientos, la agilidad de unos dedos infinitos revoloteando entre simples tarjetas de cartón. ¿Estaba loca por preguntarme a quién habrían tocado aquellas manos? No cabía en mi mayor preocupación que cesar la vista y no encontrar el punto en el que la magia se convertía en engaño, dejar de sonreír aun yo sin conocerlo.

La verdadera intención de aquel increíble hombre al que nunca podré conocer pues lo contemple siendo tan solo un niño… Su propósito real, era inabarcable, hacer creer a una mente llena de obsoletas realidades, hipnóticos gustos, limitadas capacidades, que podía soñar en un más allá que el que lo hace despierto. Soñar soñando, decía.

Un mago no es sólo el artista, es el individuo que sueña con alcanzar lo imposible para un resto que lo considera capaz, una muchedumbre asustada que desea creer que el universo es accesible en cada uno de sus infinitos extremos. No pecando de ingenuidad, pues conocemos qué se esconde detrás de cada giro de muñeca, vuelta de vista o ágil comentario en un tiempo nunca tan acertado, yo me acerqué. Idealicé cada uno de sus consagrados pasos y afirmaría erróneamente que me equivoqué, mas simplemente fue un error obligado.

Aún espero quien me diga que hay algo más bello que el estilo de un taumaturgo en su actuación, para rebatirlo y esclarecer cada una de mis deducciones, pese siendo de ineludible engaño, el ya citado.

¿Es acaso el mago un dios que no lo sabe? Si él fue un dios y se recreó con sus naipes o conmigo a nadie le interesa, sin embargo, la mente del espectador supura ansiosa por conocer si nuestro enigma era real o un simple juego que fluía como emanan sus vidas…

Ahora díganme que no han fantaseado con las manos, siempre finas, pero que nunca dejaron de ser garras, del hechicero cotidiano. Yo todavía recuerdo, cada imperecedero veinticinco de un mes que no existe, el maldito hecho de que no soy más que “aquella bajada de telón desaprobada”. Nunca un terciopelo se manifestó tan áspero.

Wednesday, June 3

La Haine.

Resuenan las voces de mentes casi tan alocadas como la suya, bocinas lejanas, bellos pájaros fruto de una naturaleza desbordada. Oye respirar en la habitación de al lado, nuevas tecnologías en el escritorio y viejas guardadas en un cajón. Escucha atenta un reloj al que nadie soporta, un enorme ventanal abriéndose de par en par. Y sin embargo, está tan sola.
Cierra la puerta y apaga la luz, como si pudiese hacer lo mismo consigo misma. Deja la última hoja del otoño caer y busca la canción más triste del mundo estancada en el eterno "repeat", esperando ser así incapaz de oírse tan alto. Abandonada, ha olvidado quién era, apenas reconoce esa negra silueta. Dónde quedaron sus creencias e ideales, quién demolió los pilares que la sostenían. Siente que ha sufrido la contusión mas grande de su vida, la sangre palpita bajo el morado, que es todo su cuerpo. Absurdo es sabiendo que le queda toda una existencia por delante.

Tan solo me bastan unos segundos para repasar los ya aprendidos de memoria defectos que la caracterizan, nadar en un mar de baja moral que nadie o nada es capaz de depurar. Cuántas veces habrá soñado esta pobre ilusa con aguas cristalinas en las que aletear sin miedo a la oscura profundidad, rodeada de una selección de personas que le gustaría la viesen nadar. La observo cada día de manera minuciosa, a ella y a su horrible manera de ser. Es una de las peores personas que nunca he tratado, tan afligida y vacía por dentro, sin nada que aportar, sonriendo como una autentica engreída. La mayor suerte de su existencia fue pasar inadvertida para tantos, evitando un linchamiento masivo si de verdad supiesen lo que habita en su ser. Reflejada entre los cristales rotos que componen la cúpula de su vida, en ellos brilla su egoísmo en innumerables ocasiones, se piensa constantemente, le trastornan sus propios y magnificados pensamientos, los errores de un ayer nada lejano.

A veces reposa sobre una raída cama, nota los pliegues de unas sabanas con olor a lavandería industrial; para entonces comenzar a convencerse de que cerrando esos helados ojos se tornaran de oscuro todos sus problemas y se difuminaran entre el aire que también, desgraciadamente, la compone a ella y otros respiramos. Ella esta hecha de un tremebundo oxigeno, contaminado sólo con rozar el humor rojizo que la contiene. Es inmedible todo y cuanto la odio, abarca mas territorios que los inimaginables dentro de nuestro mundo, y sin embargo, soy incapaz de dejarla ir, me veo en la exigencia cada día de analizarla, enjuiciarla, maldecirla...
Detesto que emplee horas, horas y horas especulando mentalmente sobre hechos que nunca tendrán lugar. ¿Por qué esa utópica manera de pensar? Absolutamente nadie que la abandonó, porque desnudó su verdadera esencia, va a volver. Y tantos cándidos personajes trataron de hacerlo, de creer en su existencia, ofrecerle una oportunidad, aunque de manera errada pues nadie queda ya.

Hace tiempo que renunció a la confianza en el resto, al amor propio, o simplemente al creer. No es un corazón roto esculpido en carne, ni una inocente lolita cuyos hilos, aquellos que respaldaban su realidad, hubieran sido descosidos. Simplemente he concluido que es su razón, el fin que algun dios macabro le ha impuesto.
Sufre la tranquilidad, la inefable soledad, la calma que provoca el fino gusto de conocerse y odiarse a si mismo.
Y sin embargo, esta tan sola... A veces me provoca lástima pensar en ella y me inunda el atisbo de aflicción humano, tanto que quisiera romper su sentencia. Pero la odio tanto, de aquella manera masiva e incomprensible, un odio innato, pulcro, alimentado en años de concienciamiento, que simplemente se esfuma cualquier atisbo de irremediable compasión.

Te odio, Alicia, te odio mas y que nunca, con todo mi corazón.
Te odio, Alicia.
Te odio porque eres yo.