¿Y no es acaso su existir una quimera? Todo lo que no tiene es sencillo de alcanzar, su solución se basa en tapiar los ojos y tolerar que todo se desmorone eternamente entre lo real y lo que no, la ficción de un deseo...

Saturday, December 30

una puta mierda

Estoy, y siempre estaré rota,
y vacía,
como las hojas muertas,
la árida costra;
que dejó en mi la luz del día,
esto es así.
Unos vieron brillar la estepa,
yo como ardía
una piel que no me representa,
no renací.

Cuando me miro... No sé lo que hay cuando me miro. No sé cómo mirarme para saber lo que hay.
Armada de complejos, llena de defectos, como una valija de recuerdos que no me dejan ser yo. ¿Pero si yo no fuese yo, quién coño sería? Rebotan en mi espejo. se reflejan en mi peso, en la agonía, la frustración de no ser perfecto, que cargo siempre en mí. Siento esas náuseas, que se esparcen por mi lecho. Incapaz de avanzar, prefiero agonizar acostada y, como buena española promedio, ni procuro la lucha y me quejo, me dejo morir.


Tuesday, December 5

Monday, October 30

Resilencia MMXVII.

Estábamos a gusto,
en la cama tumbados
atando los cabos,
besos empapados,
pegando calos,
fumando a ratos,
pero lo dejé;
lo dejé claro.
Por mustios humanos,
no deseo más tragos,
buenos o malos;
del duro licor
"desear ser amado".
Le agarre brazos,
pies y manos,
y le susurre... adiós.


Thursday, October 12

King Arthur.


Escribí amor en un papel
y no tu nombre.
Escribí; lo único que hacer
a ciegas en la noche.
Escribí “¡espérame!
yo te esperaré en el horizonte”.
Donde concluiste el ser hombre
por ser mi amante,

donde se volvió turbia la línea
entre ocaso y azules montes.

¿Recuerdas? 
Cuando el mundo me mostraste.
Te esperaré,
cuando te canses de sus besos,
de regalarle flores,
y no te lo diré,
porque silente, entre esqueletos,
de otros cuerpos ya obsoletos,
mis terrores se esconden.
















Te lloro en muchas horas,
te lloro a tientas, encubierta.
Te lloro suave y entre gentes,
te lloro cuando sufro en el alma
un vacío infinito.
Te lloro si veo una iglesia o un cristo,
te lloro dulce si sonrío.
Te lloro uno, dos, tres momentos
mientras cavilo
¿estará llorándome o besándole el ombligo?
Te lloro, Arturo,
allá por donde camino.
Te lloro en las plazas, los garitos
aquellos lugares donde fuimos;
y también más que amigos.
Te lloro lejos porque no deseo verte,
te lloro cerca si te cruzo
y deseo la muerte.
Te lloro como un crío,
como un sauce llorón o un rey
que incendió su estandarte.
Y ojalá mañana retirar el luto,
detener el llorarte,
pero hasta entonces...
¡Te lloro tantísimo!
Que a veces no discierno si lloro,
o derramo mi suerte,
que fue tenerte.

Tuesday, October 3

Para Ángela...

Eres un ángel,
caído del cielo.
No hay en el mundo
caballero,
maneras de decirte
que te quiero;
gracias Ángela,
por ser mi apoyo,
mi consuelo,
quemar mis miedos
y mis duelos.
Aquí mi corazón,
toma, cógelo,
difícil hacerlo peor
que anteriores manos...
...de hielo.

...la mujer más mujer que nunca he conocido. Ojalá continúe su eterna lucha feminista y la lleve a la revolución que tanto espero. Porque "el opresor no sería tan fuerte si no tuviese cómplices entre los propios orpimidos."

Thursday, August 17

Me aburro a mi misma, nunca fui capaz de finalizar nada.


     A sus pies, ribeteada por majestuosos árboles esmeralda y quebrada por un río de dimensiones navegables, se asentaba Praga, la ciudad mágica, y más próximo a ella, casi continuación de sus manos, ahora hinchadas por el calor, las hojas de los viñedos de la Vila Ritcher. Como en cada innumerable ocasión que vislumbraba el fruto de la uva, sentía algo latir en la zona prefrontal de su cráneo. Las cicatrices son el recuerdo de que algo no aconteció como esperábamos, y los recuerdos un lastre mental indesechable que debemos arrastrar hasta el fin de los días. Con la excepción, claro está, de aquellos dichosos seres con auténtica falta de memoria o capaces de bloquear hechos traumáticos. No era este su caso, a pesar de su pésima retentiva, pues el mecanismo somático consistía en sólo el rebullir centrífugo de su estómago. Comenzaba en el cuerpo de este, y ascendía indomable hacia el fundus, su parte más elevada. De manera casi fugaz; le venían a la mente las sofocantes tardes de verano, cubiertas por el cielo Maragato de las seis, simplemente separado de sus ojos azabache por el viñedo descuidado de su abuela, moribundo, ácido hasta la náusea, inconcebible para cualquier convecino de la zona como vendimiable. A su lado, con cabellera blanca o al límite de lo dorado, otro pequeño cuerpo brincaba jocosamente, algo menos grácil, quizá empapado de la chispa de Lucifer, por eso de que los zurdos vienen a emanar desde los avernos más aborrecidos. Eran, para muchos de los ocelos que les admiraban con medrado resentimiento, la metáfora perfecta de la dualidad taoísta, ella tenebrosa, suave y femenina; y él enérgico y níveo. Nada tenía que ver con aquella tonada que conocía de la mayúscula al punto y que nunca logró afinar como Nancy Sinatra. Ambos infantes saltan, y empujados por la célebre gravedad; vuelven a tomar tierra. Entre los dos actos, sin embargo, alzan sus tímidas manos al ocaso y con la prensa de estas toman entre ellas lo que resta de los rehuidos racimos.

      En ocasiones se ríe por dentro; es infinitamente peculiar la creatividad de los críos, ellos concebían ser auténticos sollastres que combinaban, en una única marmita completa de agua hasta los bordes, aciduladas uvas y lombrices de tierra. Las uvas, verdes ambaradas, y las lombrices, rosas moteadas, creaban en su homogeneidad un curioso, singular e inundado chucrut belga (o maragato).

      Aquellos tiempos felices, henchidos de inocencia, ingenuidad, desconocimiento y energía; ya se habían escapado con la corriente de los años, del mismo modo que ignoramos las frondas otoñales que, muertas, ya no se encuentran con nosotros, si no como fertilizante de las venideras. Fueron suplidos por el conocimiento de lo humano, la odisea costumbrista, el pavor a la muerte y el egoísmo adulto. Ella lo percibía en su enteridad, recorriendo en tan solo un segundo el encarnado circuito sanguíneo que la componía, y en su raciocinio, donde el hilo musical había mutado bruscamente de una pacífica y acaramelada sonata de Mozart, de colores cálidos y arrolladores; a una de Stravinsky, dentro incluso de los límites de la enajenación que caracteriza sus obras.


      Se pregunta por qué, como es usual, y no acierta con mas razón que la falta de contacto con lo que una vez fue su mitad complementaria, como siempre le ocurre

NO TERMINADO.

Saturday, May 13

Una misma habitación,
le miro de reojo;
coincidimos los dos.
Le siento desde lejos;
latir la tensión.
Deseo pasearme alrededor,
cerrarle los ojos,
el beso abrasador,
el fuego, la llama,
un disparo atronador.
Agarrarle las manos,
en un baile juntarnos
eternos girando
con el mundo que resta
atentos mirándonos.
Se avanza la noche,
mis labios rezuman alcohol,
a decirle me atrevo:
"enzarzarme en tu duelo,
perder el honor".
El junta su pecho
contra mi pecho,
me agarra las manos,
yo aun no comprendo
¿por qué no nos vamos?
a hacer el amor
borrar el termino
que nos divide en dos.
Le muerdo la oreja,
el baja sus dedos
hasta las costuras de mi pantalón.
Te lo juro por los santos,
que no busco nada,
no creo en el amor.
Fundámonos.

Nunca quiero hablar de ti.
Nunca a pesar de que te nombro a todas horas.
A tus ojos ambarados, al colapso de tu melanina, que choca con la mía. A tu férreo cuerpo de glúteos esculpidos en mármol emperador.
Ojalá tu cara de satisfacción, tu muesca de placer, en cada hombre que termina en mi cama. Cómo voy a pedirles que imiten tus gestos si ni si quiera hablo de ti.
Te pienso siempre cuando recorro tu calle y siento que me acaricias los muslos y me besas la entrepierna. Ojalá me atrapen la boca con unas manos curtidas, como las tuyas, y me rocen los labios en silencio.
Ocultándome te busco, en el más firme mutismo, a escondidas me tanteas. A nadie le cuento que estuviste anoche recorriendo mis caderas.
No tengo nada que decir,         , nada. Nunca diré nada, porque nunca hemos tenido nada que decir. A escondidas. Ni cuando bailamos los dos solos en tu perfumada habitación una danza grácil, belicosa, callada, nos decimos nada. Y ojalá tu cuerpo me cubriese ahora como el sol cubre agosto, en un vendaval cobrizo de verano. Como el astro recorrió tu marrón innato; desde tus pestañas escarpadas al lunar de tu pie. Ojalá como el aguacero inesperado en septiembre seamos tu y yo, siempre conociendo tu existencia, pero llegando brusco y violento para mojarme la piel.
Aunque nunca diga nada, aunque solo pase por tu avenida; sin mirarte aunque estés mirándome, porque siento que me observas desde lejos.
Y advierto el aroma de tu piel, el del océano que recorre tu origen, de titánicas ondas y el del ostentoso perfume que permanece en las grietas de mis manos durante horas, como tu itinerario corporal. Aunque sea inviable, porque tu clamas que yo soy la culminación de la infamia, una arpía desbocada, y yo siento un desprecio terrible por tu vida, tus ideales narcisistas. Una fisión imposible; e imposible me dijeron la primera vez que lamiste con tus ojos mis ojos. ¡Ay, pues los tuyos son una colmena!,          , en tus ojos es nadar el cárabe que fue pasado y será futuro, no me cabe duda.

Saturday, May 6

La última cena, el último lo siento.




Cómo pude mirarlos, esos azules ojos,
cómo pude mirarlos y pensar en otros.

No apta para el compromiso,
para el conformismo;
tatuado en el rostro.
Lo siento, joder, si lo siento.
Mi calvario mental es un abismo,
a veces de un susto
siento un muy loco seísmo.
Fliparíais si os contase lo que me odio,
a mi yo mismo.
Estoy hecha de invierno por dentro...
Incapaz de cambiar.
Dice mi madre, con mirada glaciar;
que no fui engendrada para poder amar.

Me recuesto en el diván,
el loquero no para de hablar y hablar...
De carencias afectivas, emocionales,
trastornos, privaciones morales...
¿Y yo?
¿Dónde descargo mi dolor?
Este hombre tiene pánico de que pierda los cabales,
de mi yo interior.
Qué listo él, razón no le faltaba,
como todos aquellos que de mi hablaban,
a mis espaldas.
No me importa, si que soy zorra mala,
tampoco pasa nada,
llamenmelo a la cara.

Sólo reclamo, sólo busco,
cuando falta amor para uno mismo,
nunca te lo digo,
nunca me explico.
Cojo el petate,
y no me acuerdo si te he visto.
Te beso sin miedo
la piel esa de esquisto.
Y aunque el futuro es incierto, no es contigo.
Lo siento.
Este es mi castigo.
Hay un dios en el cielo abierto,
me confundió con Cristo,
me impuso los clavos del hedonismo.

Soy lo peor; es cierto.

Thursday, April 27

101.

Mi estrella fugaz,
ayúdame a olvidar
que ya no estás.
Las náuseas,
la inmensidad,
ganas de vomitar,
llorar,
la muerte mordaz
me las pagará.
¿Dónde estás?
si es que estás.
Tú; ave rapaz,
y tu verdad,
labios de coral.
Dejarte marchar;
inmensa crueldad.
En el cielo brillarás,
solo quedará
cruzar el mar,
aprender a volar,
superar la adversidad.
No paro de buscar
te lo juro,
aunque no quieras.
nos volveremos a encontrar.

Sunday, April 16


https://www.youtube.com/watch?v=aQh9eDcS1-0

when you had not touched me yet
oh take me back to the night we met


-(ninguna carta te escribiría
te mandaría una canción todos los días
la letra escrita
asi funcionan tus movidas
no te odio
no quiero verte
no abrirme las heridas
ojala te vaya bonita
de veras la vida
yo estoy muy en paz conmigo misma)-

Saturday, April 15


La princesa está triste.. ¿Qué tendrá la princesa?
Los suspiros se escapan de su boca de fresa,
que ha perdido la risa, que ha perdido el color.
La princesa está pálida en su silla de oro;
está mudo el teclado de su clave sonoro,
y en un vaso, olvidada, se desmaya una flor.

El jardín puebla el triunfo de los pavos reales.
Parlanchina, la dueña dice cosas banales,
y vestido de rojo piruetea el bufón.
La princesa no ríe, la princesa no siente;
la princesa persigue por el cielo de Oriente
la libélula vaga de una vaga ilusión.

¿Piensa acaso en el príncipe de Golconda o de China,
o en el que ha detenido su carroza argentina
para ver de sus ojos la dulzura de luz?
¿O en el rey de las islas de las rosas fragantes,
o en el que es soberano de los claros diamantes,
o en el dueño orgulloso de las perlas de Ormuz?

¡Ay!, la pobre princesa de la boca de rosa
quiere ser golondrina, quiere ser mariposa,
tener alas ligeras, bajo el cielo volar;
ir al sol por la escala luminosa de un rayo,
saludar a los lirios con los versos de Mayo,
o perderse en el viento sobre el trueno del mar.

Ya no quiere el palacio, ni la rueca de plata,
ni el halcón encantado, ni el bufón escarlata,
ni los cisnes unánimes en el lago de azur.
Y están tristes las flores por la flor de la corte;
los jazmines de Oriente, los nelumbos del Norte,
de Occidente las dalias y las rosas del Sur.

¡Pobrecita princesa de los ojos azules!
Está presa en sus oros, está presa en sus tules,
en la jaula de marmol del palacio real;
el palacio soberbio que vigilan los guardas,
que custodian cien negros con sus cien alabardas,
un lebrel que no duerme y un dragón colosal.

¡Oh, quién fuera hipsipila que dejó la crisálida!
(La princesa está triste; la princesa está pálida.)
¡Oh visión adorada de oro, rosa y marfil!
¡Quién volara a la tierra donde un príncipe existe
(la princesa está pálida; la princesa está triste),
más brillante que el alba, más hermoso que Abril!

"Calla, calla, princesa" -dice el hada madrina-,
"en caballo con alas hacia aquí se encamina,
en el cinto la espada y en la mano el azor,
el feliz caballero que te adora sin verte,
y que llega de lejos, vencedor de la Muerte,
a encenderte los labios con su beso de amor..."


Rubén Dario.

Sonatina, o del poema que más tristemente simboliza mi vida y que mi señora madre solía recitarme cuando aun yo no entendía... Irónico es el hecho, mecanismo mental, de que yo fantasease con una bella criatura encerrada en una torre infinita y creyese que era fruto de mi propia imaginación. 

Sunday, April 2

Asintiendo siempre.

Pero esta vez es distinto. Apenas puedo articular las palabras, me tambaleo por la habitación que parpadea iluminada, abro la puerta de un mínimo frigorífico que corona mis días y extraigo entre dos y cuatro cervezas. Ahora tengo permitido el consumo de alcohol y lo exploto al máximo. Putos médicos, no valéis para nada, no tenéis ni idea. Siento la necesidad de evadirme de este cosmos infinito que no llena mis hendiduras, que no me satisface y me deja descompuesta ante la posibilidad de un todo que aparenta ser gravilla entre las manos.
Se trata de una experiencia mágica y etílica, un seductor elixir que me hace sentir planear fundida a las alas de un ángel etéreo.

Esta vez no es lo mismo, porque de un tiempo a esta parte no termino las noches en solitario. Y sólo siento apatía; ante sus criticas, ante las alabanzas. He transformado el hedonismo en el engranaje que desplaza mis días, sólo confío en el placer y he olvidado al ser humano que se encubre detrás de todo esto.
Y esta noche no ensuciaré ninguna cama, como ensuciaron sus palabras mis ideas, como ensució la política la mente del impúber. No me importan las llamadas, hago caso omiso a los mensajes, las señales, los gestos que supuran "acércate", las futuras historias con feliz final. Esta noche beberé hasta caer rendida, porque no encuentro otro propósito en la vida. Y es en este exacto momento cuando, mientras fuerzo a mi organismo para sentir compasión, mientras Morfeo me rastrea con mirada pesarosa, avergonzada, mas insulso me resulta el sentimiento del individuo.
Recuerdo el último hombre al que le dije que el ser humano es egoísta por naturaleza, nacido de un sexo que no busca mas que la propagación de la especie, la prórroga de su historia, la posesión de un ser que simbolizará desde sus mas aduladas características hasta sus mejor escondidos temores. Y éste, un músico de renombre, una mente prodigiosa, se atrevió a llevarme la contraria, porque sus ideas son puras e irrebatibles, ¿porque ya tenía un pie en mi vagina? Tampoco me importa, porque yo continuaría con mi individualismo cirenaico, ese que nació conmigo, y pararía el movimiento de mis labios y cuerdas vocales para asentir con mi cabeza.

Me pregunto en un atisbo de lucidez si soy la reencarnación de Epicuro o el anticristo llegado para vencer su estúpido y utópico quijotismo, sus lindes insensatas. Y me río, porque no busco que nadie lo sepa, porque yo soy ustedes y ustedes, hombres, creen que son irremplazables. Mas yo soy la prueba irrefutable que no saldrá a la luz de la mentira que viven cada día. Sin embargo, les dejaré como máxima penitencia aun, el desconocer que no valen nada y asentiré con la cabeza como hice siempre.
Y diré, cuando mis párpados desplomen, mañana sera otro día, y atenderé indolente a las llamadas, los mensajes, los gestos, que ustedes consideran insólitos, singulares, pero en realidad sólo conforman la masilla que colma mis carencias físicas y aumenta mi estima.

Thursday, February 16

Cuando inventen las palabras; hablaré sobre la música.