Estaba todo vacío,
el frío infinito,
el fin del estío,
la capa de hielo.
Te dije bajito
si lo deseas me quito;
mi elemento granito.
Lo vimos romper,
guitarras al cielo,
perjurar en hebreo,
planear con Morfeo,
volver a ser mujer...
Otra vez.
El campo roido,
limpio sonido,
en el predio perdido,
sin temor a perder.
Te escupo lo cierto,
te tornas honesto
y me olvido de él.
Pero no te espero,
no cuento los tiempos,
no poseo dinero
ni cosas que hacer.
Lo que veo, lo bebo
y paro en el medio
para sentirme bien.
Recuerdo el momento,
todo lo recuerdo,
breves los besos,
duradero el saber
que ahora estás muerto
y lo estoy yo también.
Al viento me enfrento,
condenado yermo
este campo se ha vuelto.
Con él yo me tuerzo
al puto momento,
cuando te recuerdo,
todo lo recuerdo,
de negro cabello
el porvenir incierto,
que aun no recuerdo,
pero lo haré.
el frío infinito,
el fin del estío,
la capa de hielo.
Te dije bajito
si lo deseas me quito;
mi elemento granito.
Lo vimos romper,
guitarras al cielo,
perjurar en hebreo,
planear con Morfeo,
volver a ser mujer...
Otra vez.
El campo roido,
limpio sonido,
en el predio perdido,
sin temor a perder.
Te escupo lo cierto,
te tornas honesto
y me olvido de él.
Pero no te espero,
no cuento los tiempos,
no poseo dinero
ni cosas que hacer.
Lo que veo, lo bebo
y paro en el medio
para sentirme bien.
Recuerdo el momento,
todo lo recuerdo,
breves los besos,
duradero el saber
que ahora estás muerto
y lo estoy yo también.
Al viento me enfrento,
condenado yermo
este campo se ha vuelto.
Con él yo me tuerzo
al puto momento,
cuando te recuerdo,
todo lo recuerdo,
de negro cabello
el porvenir incierto,
que aun no recuerdo,
pero lo haré.
Ahora que estás tan lejos,
apenas te recuerdo,
pero rastreo tus besos
con trajín y deseo
en mi memoria y voz.
Busco tu tacto,
de gélido azulejo,
más casto que el hielo de mi corazón...
Recuerdo la vez que te rogaba,
una y otra vez,
ámame unas horas
aunque no nos volvamos a ver.
Recuerdo entonar canciones
que no recordaba conocer,
contar imposibles estrellas fugaces
al amanecer.
Mirarte a los ojos,
desenmascarar y sorprender,
pues eran explosivos brotando de tu piel.
Susurraba idiomas desconocidos,
te bordaba los labios
con los hilos tan finos de mi perecer.
Hablaba una lengua que sentia arder,
y todas las praderas,
herrumbrosas maderas,
mugrientas canteras
vislumbraban sobre mis caderas manos crecer...
Volver a nacer.
apenas te recuerdo,
pero rastreo tus besos
con trajín y deseo
en mi memoria y voz.
Busco tu tacto,
de gélido azulejo,
más casto que el hielo de mi corazón...
Recuerdo la vez que te rogaba,
una y otra vez,
ámame unas horas
aunque no nos volvamos a ver.
Recuerdo entonar canciones
que no recordaba conocer,
contar imposibles estrellas fugaces
al amanecer.
Mirarte a los ojos,
desenmascarar y sorprender,
pues eran explosivos brotando de tu piel.
Susurraba idiomas desconocidos,
te bordaba los labios
con los hilos tan finos de mi perecer.
Hablaba una lengua que sentia arder,
y todas las praderas,
herrumbrosas maderas,
mugrientas canteras
vislumbraban sobre mis caderas manos crecer...
Volver a nacer.
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