Yo confundía sus ojos con el vidrio de la botella Heineken y se los bebía para olvidarme de todo... Cuando me sonreían sus labios, tan finos, tan perfilados, tan pequeños, y creaban formas abiertas mientras se pasaba la lengua entre el paladar para susurrar "Alicia"... Me miraba, de ese modo suyo, con la ceja izquierda levantada y me guiñaba un ojo para recordarme que no había posesiones, que si quería llevarme al baño era para demostrar la libertad esa que tanto les representa. Libertad de mierda, que acabaste con las opresiones. Yo quería opresiones, joder. Su pecho contra el mio, y de esa cárcel que no me saque nadie. Y vuelvo a sus labios, y me salgo y vuelvo a entrar, y si quieren yo detallo, pero creedme, que saben como acaba.
¿Cuándo alguien dejo tal espacio como este en mi corazón? Será porque nunca nadie se ha marchado tan de repente de mi vida...
Yo no voy a llegar a quererle nunca ya, pero voy a darle las gracias por colgarse de la curva de mis labios desde arriba, y dibujar una sonrisa, por tener ganas de querer de nuevo.
Merci pour tout, parce que je ne vais pas vous oublier.
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