Estábamos a gusto,
en la cama tumbados
atando los cabos,
besos empapados,
pegando calos,
fumando a ratos,
pero lo dejé;
lo dejé claro.
Por mustios humanos,
no deseo más tragos,
buenos o malos;
del duro licor
"desear ser amado".
Le agarre brazos,
pies y manos,
y le susurre... adiós.
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