Escribí amor en un papel
y no tu nombre.
Escribí; lo único que hacer
a ciegas en la noche.
Escribí “¡espérame!
yo te esperaré en el horizonte”.
Donde concluiste el ser hombre
por ser mi amante,
donde se volvió turbia la línea
entre ocaso y azules montes.
¿Recuerdas?
Cuando el mundo me mostraste.
Te esperaré,
cuando te canses de sus besos,
de regalarle flores,
y no te lo diré,
porque silente, entre esqueletos,
de otros cuerpos ya obsoletos,
mis terrores se esconden.
Te lloro en muchas horas,
te lloro a tientas, encubierta.
Te lloro suave y entre gentes,
te lloro cuando sufro en el alma
un vacío infinito.
Te lloro si veo una iglesia o un cristo,
te lloro dulce si sonrío.
Te lloro uno, dos, tres momentos
mientras cavilo
¿estará llorándome o besándole el ombligo?
Te lloro, Arturo,
allá por donde camino.
Te lloro en las plazas, los garitos
aquellos lugares donde fuimos;
y también más que amigos.
Te lloro lejos porque no deseo verte,
te lloro cerca si te cruzo
y deseo la muerte.
Te lloro como un crío,
como un sauce llorón o un rey
que incendió su estandarte.
Y ojalá mañana retirar el luto,
detener el llorarte,
pero hasta entonces...
¡Te lloro tantísimo!
Que a veces no discierno si lloro,
o derramo mi suerte,
que fue tenerte.
entre ocaso y azules montes.
¿Recuerdas?
Cuando el mundo me mostraste.
Te esperaré,
cuando te canses de sus besos,
de regalarle flores,
y no te lo diré,
porque silente, entre esqueletos,
de otros cuerpos ya obsoletos,
mis terrores se esconden.
Te lloro en muchas horas,
te lloro a tientas, encubierta.
Te lloro suave y entre gentes,
te lloro cuando sufro en el alma
un vacío infinito.
Te lloro si veo una iglesia o un cristo,
te lloro dulce si sonrío.
Te lloro uno, dos, tres momentos
mientras cavilo
¿estará llorándome o besándole el ombligo?
Te lloro, Arturo,
allá por donde camino.
Te lloro en las plazas, los garitos
aquellos lugares donde fuimos;
y también más que amigos.
Te lloro lejos porque no deseo verte,
te lloro cerca si te cruzo
y deseo la muerte.
Te lloro como un crío,
como un sauce llorón o un rey
que incendió su estandarte.
Y ojalá mañana retirar el luto,
detener el llorarte,
pero hasta entonces...
¡Te lloro tantísimo!
Que a veces no discierno si lloro,
o derramo mi suerte,
que fue tenerte.
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