La vie, un rêve qui ne finit jamais.

Escuchamos música para no tener que oírnos, nos relacionamos; lo hacemos por problemas, porque las contrariedades unen y solucionarlas nos aporta la felicidad. (Mónica dice que hay alegrías que vienen solas, pero duran tanto como lo poco que cuesta conseguirlas).
Pensamos ¿cuánto? ¿El 85% de las veces? El resto nos dejamos llevar... Como burdos animales.
¿Pensamos demasiado, no?
Y nos gusta el amor porque provoca placer y bienestar. ¿Pero a quién? Pues a nosotros mismos. Y a los que pensabais que el amor es recíproco, es puro egocentrismo.
Que besar no está mal, pero yo prefiero la música, los problemas, o portarme como un animal.

Al amar como un desquiciado, soñarás como un poeta.