Nuestro amor no es taciturno, no lo es, porque ni tu ni yo, jamás, en nuestra inverosímil fusión, hemos sido infelices. El amor... Nuestro amor.
Y lo más estimable de todo esto, es que ningún un alma lo abarque, pues no preciso del obsequio material, ni mucho menos, unos labios oprimidos ante la avizorada mirada del resto.
Nunca sabré quién soy, ni lo que engendro, no conozco mis anhelos, pero es irrefutable el hecho de que mi amor si lo hace, y que agoniza por estar ahí. Y quizá aparento pusilánime, mas hay una sola razón; y es que nuestro amor es un misterio; una aldaba enmohecida que aun no puede descubrirse, dejaré incluso que pienses que no me atrevo a manifestarle al mundo lo que somos. No te figuras que es porque ¡el mundo no está capacitado para un amor tan desmesurado como el nuestro! Porque nuestro amor asola ciudades, él, y sólo el, en su eclosión etérea, es capaz de revelarse como naturaleza, ser el flamante ímpetu de la lava a través de su cráter, un tifón. Probablemente aún no me creas, pero en mi infecundo interior, con tan solo saber de tu presencia, todo eso se sucede.
Nuestro amor, eternamente será nuestro. Advertirás, el desmedido error de mi codicia cuando lo estimo todo para mi, sin embargo, me hace plena presentir que las primaveras pasarán, con sus frutos arco-iris y sus cantos azulados, y encontraremos otros amores, pero este; el que me colma cada día, lo compartiré contigo, y si no, que no sea mio.
Y seguro, apostaría mi esencia con Luzbel, a que todo aquel que lea esto, que nos mire mirarnos, que experimente el eco de nuestra vibración al tacto, pensará: "¡Qué romántica pareja!". Pero, como ya te dije antes... El nuestro no es un amor como los suyos... Es tan singular que, engendra solo el origen de una eterna amistad. Agradeceré hasta expirar que porto gozos inmedibles, surcos de agua salada en mi piel, caricias confundidas, un mote esculpido en la memoria, luzco orgullosa promesas por cumplir y veranos que atrapar, me llevo un beso en el pómulo de mi mejor perfil y un abrazo a escondidas. El recuerdo de un maestro, y la confianza de un amigo.
Porque que ninguno, ni si quiera tu espíritu o el mio, lo entienda, es lo más bonito de nuestro amor.
No comments:
Post a Comment