No quiero saber como entenderlo, que he malogrado todo mi tiempo. Ni saber a qué sabe, ni como espira entre mis costillas.
Quiero renunciar de tenerte, de rememorar lo que era. Niego el dolor que me cause que te recrees conmigo, lo que mas daño infunde todo esto, la insustancial y ridícula parte que a nadie le importa, que llevo guardándome cuatro años, es que te quiero.
Y se acaba, y lo retengo, me lo como, y me duele tanto el ánima que, que sólo me repito que se acaba.
Elegí mal, pues volveré a lo de siempre, y escogeré otra cosa; otros ojos, otro cuerpo, otra forma de pensar, y le querré diez, y cien y mil. Pero nunca, jamás, me olvidaré de ti.
¿No quieres dar mas pisotones? Pues déjame soñar sola mi drama, y cuando quieras algo trascendente en la cama me llamas.
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