Que todos somos culpables de la vida, pero tú… Es que tú
tienes ojos de “matame a dolores que yo asumo”.
Y luego vendrás a escupirme entre irónicos lamentos que
causaba tanto sufrimiento que pediste baja en nuestra relación. Si esto ya es
un incendio en mi corazón, hectáreas de nervios piden a gritos piedad.
Yo no sé que de que llamaban a esto que recubría mi piel cuando no estabas psíquicamente, pero te encontrabas tan cerca de mi. Le decían que viniese y dejase todo por mis poros, y yo no se si le hacia caso, si seguia, si suspiraba o que pensaba si señalaban. ¿Tú sabes como suspira una mano en la cintura? Yo sé como ríe tu boca en mi pecho.
Si quieres tapizarme a besos, o escribirme una canción, cuéntamelo.
No comments:
Post a Comment